Es una podenca que encontramos corriendo por la carretera de un pueblo de Huelva cuando volvíamos de ver una finca. Hacía mucho calor, el asfalto estaba ardiendo, y la pobre se encontraba en estado de alerta, muy nerviosa, jadeando, deshidratada y muerta de miedo. Desconocemos cuál es su procedencia, si la usaban para cazar y persiguiendo a algún animal se despistó, si se escapó de donde vivía...

No llevaba microchip, tampoco sabía pasear con correa, ni le resultaba familiar caminar por la calle, el ruido de los coches... Es una perra a la que han maltratado, lo demostraba cuando hacíamos un movimiento brusco, cogíamos la escoba, veía un palo, levantábamos la mano... se sentía incómoda, temblaba, se escondía, si la tocábamos aullaba... Poco a poco hemos conseguido que se sienta segura, que no nos tenga miedo y que confíe en nosotras. Es muy divertida y juguetona, cariñosa y besucona, con el muelle del pipí flojo, y una destrozadora de zapatillas experta.

Llegó la hora de disfrutar de la vida, y que la traten como se merece, como alguien, no algo.

BELLOTA