Llevábamos muchos meses esperando su llegada, y tras su cuarentena y castración, pudieron traerlo las compañeras que han cuidado de él hasta ahora.
Oolong fue encontrado cerca de una perrera. Lo habían abandonado por una malformación (nacer sin conducto ni pabellón auditivo) y estar cojito de una pata trasera. Creemos que es lo que se conoce como anotia, y se suele dar en las primeras semanas de embarazo, por diversas causas, entre ellas la administración de fármacos, cosa que en las granjas hacen a diestro y siniestro para evitar que los animales enfermen y aguanten más tiempo produciendo.
Tener esta característica le ha permitido vivir, y dar con personas luchadoras como Laura, Victoria, José, Ana Belén y María, que le han cuidado y mimado como a un hijo más, sin importar la especie o su ausencia de audición.
Sintió un especial apego por Raquel con la que convive, pero no podemos decir lo mismo de Simón... Al ser dos machos, y aunque estén castrados, el tema de la dominación y jerarquía ocasiona revuelo y peleas entre ellos, por lo que hicimos dos recintos para que pudiesen estar separados y así vivir tranquilos.




OOLONG
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