Le rescatamos junto a Vera y Urbión de un espacio en el que se encontraban en muy malas condiciones y necesitaban ser reubicados.

Vivían en 6 metros cuadrados, con medio metro de estiércol como cama, con un palé en la puerta para que no pudieran salir, sin que les diera la luz del sol, casi sin poder respirar.

Durante casi el primer mes, se asustaba mucho con nuestra presencia, echaba a correr y se escondía, no quería que nos acercásemos a ella, y lo pasaba muy mal, y nos daba miedo por su embarazo, que estaba muy avanzado, hasta que poco a poco empezó a confiar.

El 5 de agosto tuvo 2 pequeñas cabritas, Irati y Ordesa. No necesitó que interviniéramos en el parto, ella sola pudo con todo, pero al ser 2, la crianza suele ser más compleja.

Irati nació primero, y a penas le dedicó tiempo para limpiarla, estimularle y atenderla, porque Ordesa venía en camino.

PIRENE